Menudo chasco, resulta que la nueva política socialista consiste en desenterrar a los fantasmas de la historia. Y es que como si de un Indiana Jones se tratara, ahora el ínclito Sánchez tiene entretenido al país con la arqueología y bajo la excusa de obrar porque lo pide la calle o la ONU, como ha llegado a decir, se ha puesto manos a la obra con la exhumación y traslado de los restos de Franco enterrados en el Valle de los Caídos.
De pronto, sin saber por qué, Sánchez ha levantado la veda de la momia. No es de extrañar pues en este país siempre se sintió una especial debilidad por rebuscar y regodearse en la muerte. Es increíble que en un país incapaz de dar con los huesos de El Greco y que perdió los de Lope y Calderón, este culto necrófilo promovido por un gobierno de nuevos ricos socialistas haya resultado de apetencia del respetable.
Este presidente, así se ha dado a sí mismo aunque no electo, es una suerte de personaje de cine de serie B que en efecto ha levantado la veda de la momia, pero no la de Tutankamen, cuyo tesoro fabuloso y su leyenda condenó a muerte a aquellos que en su día osaron abrir al mundo el silencio mortal de su reposo, no, la ha tomado con Franco que para sus intereses personales es mucho mas rentable.
Como si se tratara de querer enterrar en lo más profundo una parte de la historia que duró cuarenta años, el Gobierno socialista la ha tomado con los restos de dictador. En su ardor sepulturero llevan meses tratando de evitar todas las posibles trabas legales con tal de dar satisfacción a su audiencia. La principal y previsible, la de la familia, y parece que van a lograr saltársela por decreto ley, es decir por sus cojones. Así se las gastan Indiana Sánchez y sus colegas.
Nadie trate de ver en mí con esta crítica una toma de postura a favor del franquismo, nada más lejano de la realidad. Soy hijo de un sargento republicano, rojo sí, que murió hace unos años habiendo olvidado a Franco por mor del alzhéimer y he educado a mis hijos en la tolerancia y objetividad hasta que ellos han sacado sus propias conclusiones. Lo que no soy es idiota ni fácil de engañar con los pasabolas de un trilero.
Lo que pasa es que contemplo a Sánchez, vendido a los enemigos de nuestro país, en su afán por ganar titulares, y veo que este personaje no ha llegado aún a comprender que el respeto de los vivos nace siempre del respeto a los muertos.
Esto es como todo en España, por más que quieran los del Barsa que el Real Madrid no hubiera ganado tantas copas de Europa, el hecho es histórico e ineludible y de nada serviría negar la historia, ni exhumar las cenizas de D. Santiago Bernabéu, nada cambiará la historia. Pero aunque pareciera que lo mismo les pasa a los socialistas con Franco, mucho me temo que las verdaderas razones de este empeño necrófilo del okupa de la Moncloa no sean sino una maniobra de distracción, una herramienta más de ese marketing de despacho que tanto cultiva.
Sánchez, como ya lo hiciera su admirado Zapatero, no sabe por dónde coger a España. Pero ZP al menos tenía la mayoría suficiente para emprender sus “locuras destructivas de un país”.
Sánchez además une a su incompetencia el hecho de estar gobernando en minoría y a expensas de unos socios de ocasión que le exigen, día sí y día también, lo suyo. Así este gobierno socialista unos días parece populista, otro independentistas, otros comunista y otros no parece ni gobierno.
La verdad, la cruda realidad, es que llegan tiempos de aprobar presupuestos y los de Pablo Iglesias les han dicho a estos timoratos minoritarios socialistas en el gobierno que “verdes las han segado” y que o nos fríen a impuestos o con ellos que no cuenten, ah y que además quieren a Franco fuera del Valle de los caídos y Sánchez, ya se sabe, a obedecer.
Sabido esto, al monclovita y sus asesores no se les ha ocurrido otra cosa que coger los restos de Franco y hacer con ellos el “trilero” para que nos enzarcemos en una discusión sin beneficio ni final, mientras ellos nos van a colar una batería de impuestos y medidas que nos va a lucir el pelo. Para ejemplo, la subida del carburante diésel en Setiembre nos pillará que si Franco para aquí o Franco para allá, vamos ¿que dónde está la bolita?
La izquierda no puede gobernar España así, pero no puede no solo porque no tiene el respaldo suficiente en el Congreso sino porque mucho me temo que no sabe.
El viernes pasado nos desayunábamos con una portada de “el Mundo” con el siguiente titular “Sánchez idea un fraude legal para salvar los presupuestos con Podemos”, ante esto uno se pregunta ¿Qué clase de presidente hay en España que no solo gobierna por decreto, sino que lo hace cometiendo fraude …aunque lo llamen legal? Personalmente creo que con tal de mantenerse en Moncloa este hombre está sobrepasando límites intolerables y la cosa empieza no tener ninguna gracia.
Eso que se da en llamar a izquierda de hoy la componen lo mejor de cada casa: Socialistas, comunistas, populistas, secesionistas de izquierda, anticapitalistas y hasta proetárras vascos. Sin contar con los independentistas, esta es la panoplia de partidos llamados “progre” que atenazan el futuro de un país que tan solo busca que le dejen vivir, progresar y mejorar en la vida.
Por eso los restos de Franco no son importantes, pero sí son útiles para los minoritarios socialistas en el gobierno y es que si algo pone de acuerdo a todos estos personajes es la figura de Francisco Franco. Si la eternidad existe y Franco ya descansaba en ella, me imagino la sorpresa del militar cuando de nuevo haya sentido la llamada a filas.
Pero Sánchez, los progres y la memoria histórica, hasta el momento, solo han logrado con lo de Franco un incremento exponencial de las visitas al Valle de los Caídos y de titulares, es lo que tiene el marketing.
Si esta gente buscaba hacer alguna justicia con la memoria histórica y pasar página sobre la guerra civil, Sánchez ha logrado no solo poner a Franco en el “candelabro” sino que ha conseguido revivir sentimientos que habían permanecido enterrados junto con el dictador.
Sánchez está incapacitado por su inexistente proyecto nacional. Gobernar España con aquellos que quieren separarse de ella, que no la reconocen ni en su propio nombre o que pisotean su esencia histórica hasta diluirla en naciones con entidad política más allá de su gen natural, es un absurdo impresentable.
A este presidente “okupa” no se le conocen virtudes más allá de ganar unas primarias por accidente, de venderse al mejor postor, de eslóganes y fotografías, pero apenas si posee enjundia argumental, ni tiene un relato interesante para el bienestar de este país.
Hoy le ha tocado a Franco, pero cuando el argumento se agote se sacará otro de la manga. Pero mientras la memoria histórica y Franco den juego el “trilero okupa”, se la jugará al país haciéndole perseguir una bolita entre vasos de plástico para ganar tiempo y permanecer en la Moncloa y así usar el Falcón, que es de lo que, al fin y al cabo va esto.
Pues eso