
¿Cómo explicarle a la madre de un asesinado por ETA por qué el asesino de su hijo es recibido entre vítores y aplausos a su salida de la cárcel? ¿Qué decir a un hijo que ha de ver en los medios, impotente, el homenaje que dan los idolatras del odio al asesino de su padre? No se moleste lector, no busque respuestas, es tan miserable el hecho que no tiene explicación posible para la gente de bien.
Aun así lo peor es entender que en esta democracia que nos hemos dado, quepa quien promueva las celebraciones de asesinos condenados y ahora excarcelados y que además haya quien pida la normalización de estos recibimientos absurdos y miserables que matan por segunda vez a las víctimas y que hunden en el dolor a sus familias.
La cultura del odio avanza contundente y en silencio hasta ocupar puestos en las instituciones de nuestro país. Los que antaño blandían las pistolas y asesinaban sin pudor, aquellos que hicieron de la sangre de los demás su argumento, están siendo poco a poco excarcelados.
Hoy los filoterrorístas, los bilduetarras, ocupan puestos públicos e incluso se permiten presumir de ser esenciales para la gobernación del país, ese país al que tanto decían odiar y en el que dejaron un rastro de sangre y muerte con mas de 829 asesinados, víctimas de su capricho asesino.
Los últimos homenajes del pasado fin de semana en Hernani y Oñate, donde se recibió con loas a José Javier Zabaleta, Baldo, tras finalizar su condena de cárcel condenado por su participación en numerosos atentados, entre ellos el cometido en 1980 contra un bar de Zarautz (Gipuzkoa) en el que murieron 5 personas -cuatro guardias civiles y un vecino y a Xabier Ugarte Villar, uno de los secuestradores de José Antonio Ortega Lara, tras cumplir 22 años, han resultado tan dolorosos como repugnantes.
Pero si las imágenes de estos “liberados” llegando a sus pueblos entre aplausos y agasajos resultaban infames, en Navarra mientras se firmaba un pacto que le daba acceso al gobierno autonómico a los socialistas del PSN pero en el que resultaban verdaderos ganadores los bilduetarras que para mayor vergüenza de los de Sanchez y Chivite tenían que escuchar en sede parlamentaria como los Bildu les afrentaban.
«No somos una fuerza irrelevante, tenemos la llave para cerrar o abrir puertas, eso está en nuestra mano», le espetó Bakartxo Ruiz (Bildu) a Chivite (PSN) en uno de los momentos más tensos del debate de investidura de Chivite, «No se olvide que usted es presidenta porque Bildu le va a dar cinco abstenciones», le desafió la portavoz de la coalición filoetarra.
Mientras, con su silencio cómplice, Sánchez aceptaba solicito estas palabras a cambio de un pacto de gobernación que no solo implica a Navarra, sino que como dijo Otegi convierte a Bildu en socios prioritarios del futuro gobierno nacional del PSOE de Sánchez, si esto llega a suceder.
Por su lado las victimas, desde su prudencia, tan solo reclaman justicia y que esta actue en defensa de la memoria de los suyos. Acuden a la justicia buscando que la ley actúe, pero mucho me temo que la política nuble voluntades y sus intereses terminen por ocultar principios y valores de una sociedad que se tilda de democrática.
Yo personalmente siento vergüenza de que en mi país se reciba con festejos y parabienes a los asesinos a su salida de prisión. No entro en si las penas son cortas o largas, eso es cosa de la justicia, pero si cuestiono a esa justicia que admite el escarnio a las víctimas asesinadas mediante los homenajes que se dan a los terroristas de ETA.
No, no es posible dar carta de normalización a los asesinos como si fuera la celebración de la victoria final de los miserables. Me niego a aceptar que se mate por segunda vez a los que sufrieron en sus vidas y conciencias la zarpa criminal del terrorismo. Porque eso son los etarras, vulgares asesinos, fanáticos del odio, incondicionales de la muerte y parásitos de la extorsión.
Aceptar como si lo más normal del mundo fuera recibir como un héroe al asesino de cinco personas o a aquel que pretendía dejar morir de hambre a un funcionario de prisiones solo es digno de los de Bildu que para mayor inri ya anuncian que a partir de ahora se debe considerar normales y de justicia los «ongietorris», los recibimientos a los etarras que salen de las prisiones. Según dice la portavoz de Bildu en el Parlamento de Navarra Bakartxo Ruiz «habría que dar un sentido de normalidad a que cuando una persona pasa 30 años en la cárcel pueda ser recibido por su familia»
Su familia quizás, allá cada cuál con su conciencia, pero fueron cientos los participantes de todas las edades, que les aclamaron a su llegada a sus localidades natales y eso le da carácter general que además contaron con la complicidad de ayuntamientos regidos por el mismo Bildu.
La Real Academia de la Lengüa define maldito, maldita, de la siguiente forma; Del participio irregular de maldecir, del latín maledicius : Perverso, de mala intención y dañadas costumbres. Condenado y castigado por la justicia divina.
Sean pues malditos y mil veces malditos quienes matan por segunda vez a las victimas homenajeando a los terroristas de ETA.
Pues eso