
El maltrato de Sánchez a la figura del Rey comienza a ser demasiado evidente. Lejos queda la anécdota de la metedura de pata de la “pareja en funciones” en aquella recepción tras el desfile de las fuerzas armadas. Si, aquel besamanos al que se apuntaron sin haber sido llamados. Hoy el eterno postulante se ha unido a su “visir podemita” para, de una forma calculada, meterle mano a la monarquía haciendo pasar a su Majestad por ruedas de molino imposibles.
El Rey guarda un silencio respetuoso cumpliendo con su cometido institucional, pero todo tiene un limite. Hay algo que no encaja en los “feos” que le hacen desde el gobierno. Y es que en mi opinión hay mucha gente, demasiada, maquinado para lastimar la institución.
No corren buenos tiempos para la su majestad, como tampoco para los españoles: la debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez, el acceso al poder de Podemos y la dependencia del futuro Gobierno del nacionalismo no llaman precisamente a la tranquilidad de la Casa Real, ni del país.
Los desprecios que Sánchez hace a la corona empiezan a ser ostentosos y están marcando una inquietante tendencia a futuro.
Los poco acertados viajes internacionales con que le han cargado a Felipe VI en plena constitución de las Cámaras, con el Ejecutivo en funciones, eternas funciones, y sin abrirse siquiera la ronda de contactos, son el paradigma de cómo el comisariado político bicéfalo de socialismo y bolchevismo quieren actuar manejando al Rey a su antojo.
Primero le hicieron acudir a Cuba, como no, y ahora querían que fuera a bendecir con su presencia la toma de poder del kirchnerismo en Argentina, pero esta última expedición parece que se va a aplazar. Sin embargo, cabe preguntarse dónde mandará el próximo vicepresidente bolchevique a su majestad, ¿Quizás Ekaterimburgo?
Como siempre, los voceros de la Moncloa dirán que en ello no hay la mínima intencionalidad en esos encargos, pero lo cierto es que se les ha ido la mano y que cada vez es mas evidente el desdén hacia el Monarca. Y o mucho me equivoco o a su majestad tampoco le gusta.
Otro desprecio resulta más que evidente, grosero. Y es que los altos cargos de Podemos, y el propio partido, llevan días animando a participar en actividades contra la Corona. Esta hiperactividad de los podemitas responde a una campaña impulsada por distintos grupos antisistema que quieren coronar con la exigencia de provocar un referéndum bajo la convocatoria «Consulta Popular Estatal, Monarquía o República».
Hay quien se toma todo esto como si fueran balas de fogueo, pero que Podemos e IU le den pábulo al asunto mientras ultiman su llegada al Ejecutivo y su presencia en el mismo con una vicepresidencia y hasta tres ministerios, resulta cuando menos llamativo, sino inquietante.
Iglesias por conveniencia, que para eso se ha jugado el todo por el todo por su carguito y el de su doña, estoy seguro de que, en los próximos meses, hará oídos sordos a las peticiones de los suyos contra el rey, pero su banda lleva demasiado tiempo alimentando el debate republicano y no va a ser sencillo calmarles. A lo mejor resulta que es lo que quieren que ocurra los duques de Galapagar, atacar el Palacio de invierno por aclamación de estos nuevos bolcheviques.
Por último, que no el último, un desprecio mas. La coalición del PSOE y Podemos ha comenzado a comportarse como si ya fuera el Gobierno antes siquiera de que Sánchez reciba institucionalmente el encargo del Rey, tal y como marcan los procedimientos constitucionales.
La impresión general es que pareciera que todo lo están haciendo Sánchez e Iglesias para en el futuro prescindir de Felipe VI. Y a ello ayuda el desprecio que el nacionalismo catalán le muestra, cada vez con menos pudor y con reprobaciones ilegales en el Parlamento catalán sin que nadie haga nada al respecto.
Pocos lo conocen, pero Podemos dejó claro hace tiempo que lo que quiere es «Romper la Monarquía, romper el bipartidismo y romper el centralismo». No es una interpretación ni un rumor, sino las frases exactas de la intervención de uno de sus fundadores en un acto interno, celebrado el Día de la Hispanidad, en su denominada Universidad de Otoño y bajo el titulo «¿La Corona pa´cuando?»,.
En aquel entonces Monedero, y hay referencia audiovisual de ello en los medios, explicó sin ambages sus planes para el futuro inmediato: «Os pido que toméis nota porque eso es lo ha venido a hacer Podemos. Y no os extrañe el ataque virulento que sufrirá Podemos de los poderes fácticos”
Y para que no quedara ninguna duda, detalló así su objetivo: «Romper el bipartidismo, que se reparte de manera ilegal, ilegítima y tramposa el poder; romper el centralismo y romper la Monarquía, que era el tapón que hacía de cierre al resto de elementos».
Personalmente esta gente no me da miedo pero me preocupan. El problema es que sus gracietas acaban cumpliéndose, sino miren donde están ya. Es por eso por lo que, aunque hoy Ekaterimburgo seria imposible, si yo fuera el Rey si me cuidaría yo de estos destripaterrones políticos que se han apuntado, por gracia del felón, a gobernarnos, y si no al tiempo.
Pues eso