Hijos del Estado

Éramos pocos y parió Celaá. Mira que tenemos problemas, pero ahora resulta que lo importante es cuestionar la patria potestad de los padres en España. Da la sensación que este nuevo gobierno bolivariano ha decidido que los padres se conviertan en simples delegados del Estado, a los que se tiene en consideración mientras cumplen estrictamente con la ideología oficial, la suya; en caso de discrepancia, no tienen ningún derecho a enfrentarse con lo que el Estado ordena y punto final.

Esto del pin parental no acabo de entenderlo, quizás es que ya me pilla mayor y sin hijos pequeños, pero este afán que les ha dado a este nuevo, dicen que gobierno, por meterse en charcos absurdos suena cada vez mas a cortina de humo.

Celaá, es esa ministra «del pueblo» que te mira por encima de su nariz, piensa como Stalin que los hijos son de la “madre Rusia”, en este caso y por el momento, la madre Estado. Ha querido empezar su dedicación exclusiva al ministerio de educación, con una de esas revolucionarias declaraciones bolivarianas tan del gusto de esta socialista pija de Neguri.

Celaá se cree con la altura moral suficiente para imponernos criterio sobre como ha de ser la educación de nuestros hijos, ella que llevó a sus hijas a un centro católico, concertado y, en ese momento, con educación diferenciada… Perdón, ‘segregada’.

Leía el otro día: “Está claro que la ministra debe estar extraordinariamente descontenta con la educación de sus hijas y cómo les ha ido en la vida, o de otra manera no se entiende que quiera negar al resto de padres el poder tomar decisiones sobre la educación de sus hijos como las que ella quiso tomar sobre la educación de sus hijas”. Y tiene razón quien lo escribió.

Y es que el absurdo verbal que profieren algunos mandamases socialistas es digno de mención al «Los hijos no pertenecen a los padres» de Celaá hemos de añadir aquel «el dinero público no es de nadie» de la vicepresidenta Calvo que solo están a la altura de aquella estupidez blandida por Zapatero «la tierra no pertenece a nadie, es del viento». Grandes astracanadas dignas del Club de la Comedia pero dichas en rueda de prensa por, dicen ser, socialistas de pro.

Francamente si esto es lo que da de si la formación profesional de los ministros no me extraña nada que este país abrace el populismo perroflauta, al fin y al cabo son los únicos capaces de entender de que va la estupidez de turno. El resto nos conformaremos con reírnos de sus tonterías al abrazo de la barra de un bar mientras tomamos el aperitivo.

Sin embargo una vez reída la frase, su contenido si resulta preocupante pues detrás de las palabras hay un profundo contenido ideológico.

Corríjanme si me equivoco pero creo que aún son mayoría quienes en nuestro país responderían sin dudar que los hijos son de sus padres y no de esta estructura político-administrativa que conocemos por el nombre de Estado. Pero probablemente son mayoría también quienes no son conscientes de los ataques que lleva sufriendo, desde hace tiempo, esta crucial cuestión.

El reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo ya supuso un misil en la línea de flotación de una de las bases en que se funda una sociedad libre. No estoy en contra de la unión de personas del mismo sexo, al contrario abogo por ello, pero su denominación como matrimonio me parece un exceso del buenísmo o la búsqueda de progres de algunos politiquillos del momento. Pero para mucha gente esto es algo testimonial, sin valor, aunque lo tiene.

Ceder en aceptar esta terminología apenas les costo a muchos, pero en el fondo significaba que también podríamos estar cediendo la idea del matrimonio al Estado y por tanto este podría redefinir a su gusto la creencia de que los niños ”pertenecen” primariamente al Estado, que luego delega (limitadamente) la autoridad de criarlos a quienquiera que el Estado defina como los padres del niño.

Da la sensación de que existiera una verdadera obsesión en este gobierno por pervertir a los niños desde su más tierna infancia.

Todo porque a este gobierno le da vergüenza, aunque parece que ahora ya no, reconocer que el plan de socialistas y podemitas consiste en arrebatar a los hijos de la mano de sus padres y educarles como sumisos ciudadanos del régimen y votantes progresistas, con medio cerebro, un cuarto de corazón y mucho, mucho aborregamiento

Y es que no estamos ante una cuestión meramente especulativa. El Estado, en cada vez más países occidentales, ha decidido promover en las escuelas el adoctrinamiento de los niños en la ideología de género.

En este sentido, la idea de la “igualdad” y de “ideología de genero” implica que se enseñe a los niños que todos los tipos de familia son igualmente buenas y, en consecuencia, introducen contenidos y actividades destinados a inculcar esta ideología, evidentemente con independencia de que los padres de esos niños compartan o no esa ideología de Estado.

Se ha abierto la veda y pareciera que este Gobierno ha decidido que en caso de discrepancia, los padres no tienen ningún derecho a enfrentarse con lo que el Estado ordena y su potestad sobre sus hijos se les debe retirar. Este comportamiento intrusivo es defendido ya en público y sin tapujos, e incluso hay ya quien reclama la aplicación del articulo 155 en aquellas Comunidades Autónomas que no lo acepten.

Indudablemente en este país hay mas tontos que botellines, pero ojo a los tontos

Pues eso

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