
Esta crisis sanitaria del Covid-19 está demostrando que, a pesar del paso de los años, estos aun son muy pocos para que tras décadas de dictadura, podamos dar por consolidada nuestra democracia.
Las tentaciones de este gobierno de Sánchez en el abuso de los plazos del “estado de alarma” como herramienta de confinamiento y el argumento del miedo sobre las consecuencias de no hacerlo dejan expuestas, a todas luces, las costuras totalitarias de un socialismo al que el chavismo de sus socios no le desagrada en absoluto.
Aprovechar la mayoría que da los pactos a consecuencia de los resultados electorales para gobernar, entra dentro del juego democrático. Nos podrá gustar mas o menos, pero es legal tal y como hoy esta planteada la ley electoral en nuestro país.
Pero eso es tan solo el punto de partida, y es qué después de eso hay un trayecto a recorrer; hay un camino, y ese camino es en donde se ha de probar la aceptación y respeto de las normas legales, constitucionales y democráticas, y la aplicación y el uso que se da a las mismas.
En ningún país europeo, de los que nos pueden servir como ejemplo a seguir, su presidente o su vicepresidente, estando bajo los focos de la mas mínima sospecha de abusar del poder, se permitiría -ni se lo permitiría su sociedad- justificar como todo planteamiento eso de “Nosotros o el caos”.
El bienestar de los ciudadanos y como en este caso, la protección de su salud, es hoy por hoy vital. Pero el absoluto respeto a la democracia en si misma una condición indispensable, pero siempre usada para el bien común, nunca para usarla como parapeto particular o de Partido. En caso de hacerlo supone un chantaje a la propia democracia y no se puede permitir.
Este nuevo socialismo sanchista le ha tomado el gusto a los principios comunistas de su socio de gobierno. Gusta de proclamar soflamas de miedo para asustar y acomplejar a la población y a la oposición. La vieja teoría de utilizar el pavor de la población para gobernar por encima del sistema le esta resultando cómodo a los Sánchez, Iglesias y demás demócratas progres de boquilla.
El miedo y sus usos políticos sirve para entender muchas de las cosas que pasan en este mundo que habitamos, el miedo tiene poder para cambiar el mundo, como también lo tiene la esperanza. Pero el miedo que nos trasmite este gobierno de Sánchez nos conmina a pensar que lo mejor es esconderse sin un plan de respuesta claro porque no tienen/tenemos clara la amenaza.
Nos piden: “Dejadnos llevar las riendas, nos avisan, porque contra un temor intangible difícil de combatir somos la única solución. No hay otro plan que ellos, no el de ellos, sino ellos”.
No hay mas plan que dejarles continuar bajo un estado de alarma infinito en el que no haya actividad parlamentaria, ni necesidad de rendir cuentas, ni interlocución con los lideres de otros partidos, eso si hay hiperactividad de redes sociales y por toda novedad en la gestión tan solo hay un eterno conteo de muertos y afectados diario del que el tal Simón nos da fe cada mañana a eso de las 11:30 como pretendiendo justificar así, día si día también, hasta que punto es necesario que continúen ellos al mando para no morir mas.
El miedo es una emoción básica que nos paraliza o nos llama a la acción, bien lo sabe Iván Redondo. Y por eso en su comunicación gusta de señalar cuáles deben ser nuestros desasosiegos y con ello puede fabricar a su antojo el “antídoto salvador”. Y eso querido lector es lo que esta pasando.
No crea eso si, amigo, que me he vuelto un inconsciente y que quiero que cese este estado de alarma para que la gente se mueva promiscuamente en libertad promoviendo contagios, nada mas lejos de mi parecer. Pero si creo que el Estado, que esta democracia, tiene medios y herramientas constitucionales suficientes para que este país camine hacia esa “nueva normalidad” (pésimo termino Redondo donde los haya) sin conceder al Gobierno mas poder del necesario.
Vivimos un momento que facilita el recrudecimiento de la estrategia del miedo. Ya en los últimos años, la crisis económica había ayudado a los asustadores profesionales a amedrentarnos hasta la parálisis, infundiendo un temor abstracto a los otros, a los extranjeros, al gasto público, al terrorismo y a la inseguridad
Hoy vivimos paralizados por esta nueva pesadilla del Coronavirus y damos por bueno lo que en otras circunstancias nos resultaría inaceptable. Atemorizados por este gobierno puzle, nos hacemos mucho más manipulables por este gobierno porque acobardándonos les es más fácil convencernos y enclaustrarnos.
La total destrucción del virus y la desaparición de la pandemia es el objetivo inequívoco que debe guiar a este, o a cualquier, gobierno. Pero el miedo como plan de gestión y comunicación es simplemente inaceptable.
Querido lector hágase esta pregunta: Hoy en día, ¿cómo puede este gobierno convencer a la sociedad de que lo conveniente es hacer algo que a ellos les viene bien? No se vuelva loco amigo, el camino elegido es transmitir la idea que de no hacerlo eso traerá inseguridad, inquietud, paro y el caos al país.
Digámoslo claro el gobierno chantajea y lamentablemente hoy los votantes y militantes de Ciudadanos ya saben que su partido ha cedido a ese chantaje y con ello tienen motivos para su indignación tanta o mas que el resto de España. Y es que con ello el C´s de Arrimadas ha pasado de ser el partido naranja a ser el partido pomelo y “Cuidado con los pomelos, ya se sabe que son naranjas por fuera y rojos por dentro”.
Pues eso
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