La soledad de un Rey

Pocos, muy pocos, son los que han salido en defensa del rey “emérito” a pesar del enorme servicio que ha rendido a España. Don Juan Carlos abandona España igual que pidió disculpas por lo de Botsuana, solo, cabeza baja, humillado y absolutamente fuera de su papel de Rey. Ni entonces lo entendí ni hoy lo entiendo.

No disculpo al Rey Juan Carlos por los supuestos hechos que un fiscal suizo persigue y no soy quien para juzgar los amoríos que haya podido tener, por más que la tal Corina me parezca un personaje zafio y vulgar a lo Mata-Hari. 

Lo mal hecho mal hecho está y como no hay personaje sin mácula deberá de ser la justicia, venga esta de donde venga, la que determine si hubo o no mancha real, pero sobre todo antepongamos la presunción de inocencia como derecho fundamental que emana de nuestra democracia.

A la vez que digo esto también me parece que el silencio ensordecedor de aquellos que consiguieron los mega-proyectos árabes para España de los que tanto se habla, gracias a la intervención de su majestad don Juan Carlos, me resulta miserable. Callan quienes mas deberían decir, pero ya se sabe que el euro es mudo y su silencio sospechoso.

Este país es de disparo fácil y a pesar de que el Rey Juan Carlos no está imputado, ni acusado, ni juzgado, ya ha sido acusado, juzgado y sentenciado por la prensa y los impresentables de siempre. Tal es el nivel de macarrísmo social que impera en esta nueva España del sanchísmo bolivariano.

Un personaje único de nuestra historia moderna como don Juan Carlos ha de refugiarse en Portugal, o donde quiera, por la presión de unos y otros y por tratar de salvar la institución de la Monarquía Constitucional. Pena y vergüenza.

Estoy de acuerdo en que la trayectoria de la casa real en los últimos tiempos ha pasado por demasiadas vicisitudes desagradables que poco a poco han contribuido a dar razones a Podemitas, separatistas y filo-terroristas para socavar inmisericordes a la institución. Torpeza de la Casa Real y sus comunicadores.

Hoy los mamarrachos herederos de Chaves bajo sospechas múltiples, que van desde financiación ilegal hasta la engañosa mano de Iglesias y la tarjeta del famoso móvil, se juntan a los separatistas con sus líderes huidos de la justicia o en la cárcel y a los filo-terroristas adoradores de los del tiro en la nuca de pasado asesino y miserable, todos unidos contra la monarquía, uno de los pilares de este país, un basamento de nuestra democracia.

Confieso que se me hace difícil ver al Rey emérito desposeído de la presunción de inocencia que todos deberíamos tener, que al final nadie respeta, pero sobre todo duele la falta de agradecimiento que todos le debemos por los servicios prestados a nuestro país.

Esto de ser monarca debe ser de una soledad infinita y más en los tiempos que corren donde la traición está a la vuelta de la esquina y en manos de quien menos sospechas. Pero además es que la forma en que se ha tratado el tema de la salida de don Juan Carlos ha sido torpe y absurda. Quien sea que la ha diseñado, dicen que Calvo y Redondo, han hecho el peor favor a la monarquía. 

Salir por la puerta de atrás, mediante una carta, sin presencia real en medios dando las explicaciones oportunas a la nación, ha contribuido a dar esa injusta sensación de huida a hurtadillas que ha actuado en contra y no a favor, si es que eso era lo que querían los torpes que han manejado la operación. 

Han dado motivo a los medios nacionales e internacionales para la especulación, los titulares gruesos e incluso cierto nivel de insulto inaceptable. 

El ataque descarado de los enemigos de España a don Juan Carlos además de desmedido ha sido grosero y entre ellos cabe destacar, ¡oh sorpresa!, el del vicepresidente Iglesias que llego a decir que “La huida al extranjero de Juan Carlos es una actitud indigna de un ex jefe del Estado y deja a la monarquía en una situación muy comprometida”. 

La pregunta es innecesaria por obvia, ¿qué credibilidad tiene un vicepresidente de España que prometió lealtad al Rey y a la Constitución y que hoy ataca a ambas? Indigno grita quien indigno es. Terrible saber que quien está al mando de España es capaz de traicionarla sin el menor pudor.

Por su lado los españoles de ley y de bien agradecen al Rey Emérito sus esfuerzos, trabajo y defensa de la democracia realizado en la transición política mientras por su lado la jauría comunista festeja el exilio de don Juan Carlos.

Parece que los de Podemos estan preparándose, tanto en la calle como en el Congreso, para centrar su ataque/debate este otoño sobre «la utilidad de la monarquía» mientras Colau presiona reclamando la retirada del título al Rey emérito «de forma inmediata». No son mayoría pero que a nadie le quede duda que van a hacer mucho daño a la democracia.

Pero recordemos que Sánchez saludó desde su cuenta de Twitter el 14 de abril con un «Salud y República». Esa gracia estúpida hoy se la tiene que comer, pues muy a pesar suyo no le queda mas remedio que tener que defender al Rey frente a bolcheviques como Iglesias. Y es que el enemigo hoy se sienta en el Consejo de Ministros.

Sánchez pasará a la historia como el peor presidente de la democracia. Y es que se le coló una pandemia que lleva mas de 42.000 compatriotas muertos, trajo a Europa el chavísmo bolchevique y nos hundió económicamente en la miseria, pero eso sí, habrá desenterrado a Franco y echado al Rey Juan Carlos, miserable bagaje para quien se dice presidente de España. 

Dónde esta el limite de la inutilidad de este personaje es algo que aun no se sabe, pero de momento y como dijo Alfonso Guerra, “a España no la conoce ni la madre que la parió”. 

Por lo demás y por encima de todo “Gracias Majestad”.

Pues eso

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