El chorro y sus malandros

Francamente, no sé qué es lo que descubrió el servicio secreto marroquí sobre Sánchez, pero lo de Catar ha sido la gota que ha colmado el vaso. Malo es que nos hayamos puesto en contra de Argelia por esos deslices que intuimos descubrieron en el teléfono del Monclovita, pero de ahí a la cesión de una derrota futbolística en el mundial hay un trecho inasumible.

Y eso que, en el fondo, si uno lo piensa bien, a nuestro país puede que no le venga mal haber perdido ya en este mundial y es que Sánchez contaba con el buen ambiente que habría en España de cara a las próximas elecciones, si la selección avanzaba ganando y que mientras nos tenía embobados e ilusionados con esa posibilidad sus desmanes pasarían más desapercibidos.

Los argentinos tienen montones de palabras para definir a gente como Sánchez, pero si he de quedarme con una, me quedo con “chorro”. Un chorro viene a ser un geta que se aprovecha de la gente para muñir su éxito y eso, y no otra cosa es lo que está haciendo este presidente por llamarle algo, vamos por cantarle las cuarenta.

Pues bien, si será chorro Sánchez que se buscó el mayor puente del año y con España jugando el mundial para meternos doblada la cesión a ERC sobre el tema de la reducción de la pena por malversación. Ahora ya es tarde, todo le ha fallado y España está de muy mala leche.

Y es que en el imaginario de gente como este ser, el mundial representaba ese dulce cloroformo con el que contaba para hacernos tragar atontados por los resultados del balón, cualquier estupidez que se le ocurriera.

Y es que de chorros y malandros va este gobierno capitaneado por el superchero Sánchez. O no es de chorros decir durante la celebración de los actos del Día de la Constitución en el Congreso de los Diputados que se mostraba abierto a modificar el delito de malversación para contentar a los separatistas. Esto en lenguaje paladino de la Moncloa es que aceptaran lo que diga ERC sobre el tema y Rufián y los suyos dirán lo que quieran para evitar cualquier tipo de condena a sus redimidos por la gracia del PSOE.

Malandros también hay en el Ministerio de Presidencia que dirige Félix Bolaños que han chorreado de un vídeo, pagado «con dinero público» sobre la Transición y la Constitución, las presencias de Juan Carlos I y Adolfo Suárez, quienes por derecho histórico fueron protagonistas absolutos e incuestionables de aquel momento.

Estos sanchistas que adoran al chorro jefe, residente en la Moncloa, no se cortan ni con la cuchilla de afeitar. Su objetivo en este momento no es ya buscar nuestra calidad de vida, sino asegurarse el sillón, aunque lo tengan difícil, si Dios y el votante socialista moderado quieren.

De malandros es también que el gobierno se esté planteando realizar tan solo lo que llama un ajuste técnico en la infame ley del si es si cuando ya van 52 sentencias tocadas a violadores y miserables semejantes.

No se les cae la cara de vergüenza ni cuando en plena miseria. Va a resultar ser verdad el dicho ese de que en este país no dimite ningún político, a no ser que lo pillen en la cama con una mujer muerta o con un niño, y menos si es socialista. De traca.

Si se le estará viendo el plumero a este chorro de Sánchez que la Unión Europea se ha cansado ya de escuchar tanta tontería y Monika Hohlmeier, presidenta de la Comisión de Control y muy crítica con el atasco de los fondos europeos, enviará una ‘misión’ de eurodiputados en febrero para entrevistarse con altos cargos y empresas.

Ya no se fían de Sánchez y sus malandros y quieren pisar el terreno para saber qué se está haciendo con el dinero que la UE envía. Veremos qué pasa cuando descubran que poco o nada.

Pero si de logros del chorro se trata el mayor es que llegado el final de año Sánchez nos devolverá a la miseria de los precios descomunales de la gasolina y el gasóleo y a los de el kilovatio real. Se acabaron las ayudas, ahora pasaremos el mismo frío o más, pero más caro, delicias del sanchismo y los malandros podemitas. Eso si lo harán cuando pasen las navidades que no son tan desalmados… ¿o sí?

A más, sigue el chorreo continuo en el ataque a la justicia y en concreto al Tribunal Constitucional, ahora con la ayuda inestimable del exfiscal general Conde Pumpido que quiere volver al “candelabro” aprovechando los, esperémoslo, últimos estertores del sanchismo.

Por último, que no menos importante ahora resulta que por alguna razón este gobierno ha decidido blanquear a Maduro. Y es que, segúnlos planes del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, el “chorro despistado”, se va a volver a nombrar un embajador en Caracas, donde desde noviembre de 2020 solo hay un encargado de negocios.

Aquella decisión se tomó porque no se reconocía la reelección fraudulenta de Maduro y la condición que se puso entonces fue que hubiera «elecciones libres y justas» ¿Alguno ha votado? No, pues eso es que no ha habido elecciones. Pero eso si los malandros nacionales no se lo tienen en cuenta cuando se trata de los amigos de los podemitas. Dios que harto estoy.

En fin, que me encuentro una semana más hablando de esta gente a la que no respeto, ni me merece la pena dedicarles tiempo, pero que aun así lo hago, no sé si por puro vicio o por rebelión.

Eso sí, son chorros y malandros por los que ni por asomo muchos sentimos respeto alguno, nos gusta reducirlos a simples petardos advenedizos, chorros que como Sánchez viven ocupados en tratar de dejar huella, la que sea, y tanto que lo hacen, queriendo con ello pasar a la historia, creo que a la historia del chiste.

Pues eso

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