Esta semana doy descanso a quienes tan amablemente leen mis elucubraciones, y es que he decidido no escribir nada sobre este Estado fallido, ni sobre este gobierno mentiroso o sobre cómo los impresentables socios del gobierno pergeñan sus ataques a la democracia. Tampoco haré referencia a los intentos de destruir el sistema judicial por parte de Sánchez y sus acólitos, ni cómo ningunean a los cuerpos y fuerzas de seguridad, ni sobre cómo protegen a los okupas por encima de los propietarios. Me niego a hablar de leyes fallidas hechas por gente sin formación o cómo pretenden educar a nuestros hijos generándoles la duda sobre su sexo. Me niego a hablar de eso que se hace llamar Podemos y del PSOE, que ni siquiera sé si todavía existe. De Rufián y sus palmeros de la rumba catalana ni una palabra, y de sus colegas los filo etarras de Bildu ¿para qué decir nada?. No pienso dedicar una sola palabra a los liberados sindicales de la sanidad que buscan titulares allí donde no los hay. No quiero hablar del ministro silente, mejor así, el tal Garzón, ni de los medios del régimen que concentrados en la búsqueda de subvención pisotean la verdad. Ni de la vicepresidenta sándwich, siempre entre Pedro y Belarra, pero en ningún sitio.
Que no, que no pienso escribir nada, eso sí juro al “estilo” Sánchez, que no pienso decir ni una sola palabra y es que es Navidad.
Por eso… lector, te deseo lo mejor para estas fechas y por favor hazme caso y ocúpate de lo verdaderamente importante, sé feliz y haz felices a los tuyos por encima de cualquier otra cosa.
Pues eso,