Ya me lo temía yo. Sánchez no es humano y así lo reconoce el propio PSOE informando de que su estrategia electoral se basa en “humanizar a Pedro Sánchez”.
Y es que resultaba imposible que semejante ser fuera humano, ahora solo queda por saber de dónde viene y si es de este mundo, yo personalmente creo que no, o de otro mundo más allá de las estrellas.
Hay quien dice que es un “ser de luz” y yo añadiría, al que se le han fundido los plomos o peor, que no puede pagarla debido al precio que está.
El caso es que el PSOE se ha empeñado en convertir en estrategia lo que, de natural, debería ser evidente: que el presidente parezca estar cerca de la gente. Mentira y gorda.
Lleva desde su llegada a Moncloa intentando parecer humano a base de fotos, pero no lo consigue. Y es que quién haya dirigido su imagen hasta ahora solo ha conseguido el efecto contrario, y es que ni el presidente ni sus asesores saben cómo hacerle pasar por humano.
Desde aquella foto con el perro, por cierto, nunca más se supo del “animalito”, Sánchez ha intentado posar como si las cosas le ocurrieran casualmente, como si viviera en la calle y se cruzara a diario con la gente. Mentira tras mentira, como lo es su vida entera.
Sánchez es un analfabeto emocional, incapaz siquiera de recordar cómo era vivir al lado de la gente como cuando lo hacía antes de convertirse en el Becerro de Oro de los socialistas.
Es ahora, que vienen las elecciones, cuando se da cuenta de lo lejos que ha puesto a la Moncloa, su hábitat natural, de los ciudadanos y lo que nos toca sufrirle a él, a su ego y a sus esbirros, pero llega tarde. Esto no se soluciona con fotos.
Las elecciones están muy cerca y los años de mentiras, engaños y mal gobierno van a ser definitivos en su descalabro, ese que esperamos tantos y a los que se nos está haciendo demasiado largo.
Lo gracioso es que, para humanizarle y ganarle posiciones en las redes sociales, es decir, para engañar a los desprevenidos, parece ser que ha contratado a un tipo que anteriormente trabajara para el PP. No se asuste lector que Iván Redondo no vuelve.
Según leo en Vozpopuli es un tipo que trabajó como gurú para el PP Andaluz en 2018 y para las generales de Casado, un tal Aleix Sanmartín. Ósea, qué si mal no entiendo, Sánchez va recogiendo lo que le sobra al PP. Definitivamente, Sánchez ni es humano, ni tiene personalidad propia.
Sanmartín es un consultor con el que el PP tuvo su relación y al que veladamente se acusó de haber sido el creador de una campaña de desmovilización del voto de izquierdas. Es un experto en el manejo de la comunicación en redes sociales tanto por “encima de la línea” como por “debajo de ella”.
Es además asesor del secretario de Seguridad Pública de México, Omar García, en el Gobierno de López Obrador, mejor no haré comentarios al respecto.
Tampoco será, en cualquier caso, la primera vez que este consultor trabaja para el PSOE, pues ya en su día lo hizo para Zapatero, Moratinos y Fernández Vara. Todo coherencia y lealtad a los clientes.
Yo que Alberto Núñez Feijóo haría bien en preocuparme por estas dos elecciones que se vienen este año y armarme adecuadamente para prevenir ataques. Y créame lector, no serán elecciones limpias y cuando digo esto sé de qué hablo.
Esto de humanizar a Sánchez, además de ser una astracanada, no sugiere nada bueno. Puedes humanizar al personaje o deshumanizar al contrario para compensar su defecto de imagen.
Así que bien hará el presidente Feijóo en armar su “war room” electoral para estar en posición de prevengan y ataque desde ya. Ni las municipales ni las generales van a ser un terreno fácil, ni los socialistas van a jugar limpio.
Y es que unas elecciones basadas en hechos de gobierno e ideas las perdería el PSOE sin remisión, así que solo queda enfangar el campo de juego y forzar a Feijóo a jugar en terreno embarrado.
De momento, la izquierda ya ha sacado a la calle a los de la sanidad, mientras los de VOX en un alarde de locura suicida atacan haciendo pinza sobre el PP con lo del aborto.
Y mientras esto ocurre, Sánchez juega a la petanca con sus ancianos o visitando hogares de familiares de cargos socialistas. Y es que nadie quiere hacerse una foto con él y no se atreven a poner al presidente cerca de un ciudadano de verdad, no sea que pase algo, a eso lo llaman humanizar.
No, Sánchez no es humano y no lo será nunca, porque para ser lo primero tendría que bajarse de altar al que se ha subido y que los de abajo dejen de adorarle y hacerle la pelota. A Sánchez solo le preocupa que dirá la historia de él, ya los sabemos, pero mientras eso sea así, no habrá campaña de humanización posible.
Sánchez volverá a ser humano cuando dé con sus huesos contra la realidad, y eso no será nunca porque hace años que se perdió en su ego y aún no se ha encontrado.
Francamente, que el PSOE no pierda el tiempo y empiece a buscar un sustituto, porque si hay un poquito de suerte, tan solo un poquito, este tipo dejará de arruinar a los españoles a final de año y que entonces se humanice él a sí mismo. Pues eso
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