
Lástima que Berlanga no esté ya entre nosotros, si no seguro que encontraría en la política actual de nuestro país material suficiente para escribir una secuela de las comedias que en su día tanto éxito le dieron.
Berlanga seguro que hubiera reconocido en esta astracanada de moción de censura los mimbres necesarios para describir cómo el Congreso se convierte en el feudo del marqués de la Moncloa, al que una bufonada de moción de censura quiere desalojar de su acomodada posición.
Es de tal cariz el absurdo que da vergüenza ajena asistir a tamaño espectáculo, espectáculo al que no prestaré la más mínima atención por no convertirme en un extra más de esta comedia.
Berlanga, en su ingeniosa sabiduría, decía que “Hay obras maestras que lo son por el monumental aburrimiento que provocan”, y eso es lo que me sugiere esta tontería de VOX y Tamames.
Para comenzar la bufonada, es curioso que el candidato propuesto por VOX contradiga una y otra vez al partido que lo presenta. Aunque se autodenomine como independiente, a Tamames lo ha elegido VOX, pero eso no parece importarle mucho.
Curioso observar y escuchar cómo el candidato que supuestamente tomará la palabra en el Congreso para atacar al Gobierno, rompe otra de las narrativas de VOX al considerar «exagerado» decir que el Gobierno de Sánchez es el peor de la historia. Pero si es que lo es.

Al punto en que nos encontramos uno no sabe si esto se corresponde con una sibilina estrategia, un número circense o simplemente es parte del disparate que la mayoría de los españoles sospechamos que es.
Y es que el problema no es de Ramón Tamames, al que yo personalmente puedo admirar, pero no acabo de entender como una figura con una trayectoria como la suya se ha prestado a representar esta comedia bufa en un punto de su vida en el que solo debiera recibir congratulaciones y reconocimientos y no chirigotas y memes.
Pero si el papel de Tamames es al menos discutible, el de VOX es impresentable. Ni por un objetivo político se puede usar una institución del Estado de esta manera tan absurda y por supuesto, ni por una estrategia electoral, si la hubiera, se puede permitir tal uso de la misma.
No entro en el sentido absolutamente legal e incuestionable de la convocatoria de la moción de censura como fórmula de cuestionamiento al gobierno, pero sí de la forma, de cómo VOX lo está haciendo.
Llamar a encabezar la moción a un personaje totalmente externo al partido y quedarse en la retaguardia, cuando además el personaje es antagónico a tu ideología y está fuera de la política activa desde hace años, no sé si describirlo como broma pesada, cobardía política o charlotada.
Por su lado, es sabido que Ramón Tamames fue miembro del Comité Ejecutivo del Partido Comunista de España (1976) y diputado en 1977 y 1979. Aunque abandonó el PCE en 1981, en 1984 fundó la Federación Progresista. En síntesis, no se puede estar más absolutamente alejado al credo de VOX.

Dicen que la vida hace extraños compañeros de viaje, pero esto va más allá, no son solo extraños, es que puestos a malpensar podrían ser hasta enemigos irreconciliables y sin embargo no dejan de reconocer su proximidad y admiración mutua. Sin duda, estos tiempos que corren han trastocado todo lo conocido, hasta el absurdo en sí mismo.
Además, por si fuera poco, resulta que el discurso se ha filtrado acaparando todos los titulares y ha sido uno de los temas más comentados en los medios. Sánchez ya sabe por dónde vienen los tiros, así se las ponían a Felipe II.
Y es que si ya es bastante increíble cómo algo tan importante de cara a la moción de censura como el discurso del candidato se filtre, más lo es la respuesta del economista al incidente. Porque además de no darle mucha importancia al hecho de que alguien de su confianza se lo haya filtrado a la prensa, resulta que Tamames ni siquiera conocía el medio donde se había publicado la exclusiva, elDiario.es, digital sectario de la izquierda más rabiosa.
La moción de censura y la candidatura de Tamames está regalando a la izquierda, a Sánchez en concreto, una enorme cantidad de momentos memorables y electoralmente aprovechables, más de los que se podrían imaginar en un primer momento. Desde las entrevistas con el candidato, sus contradichos a VOX y desde el jueves la filtración de todo su discurso.
Me resulta dificilísimo entender que buscaba VOX con esta acción. Si buscaba atraer voto me temo que no lo va a conseguir y si lo que buscaba era erosionar a Sánchez aún menos.
Esta moción me temo que va a ser un bumerang que va a volver con suma violencia a quien lo lanzó y del que sacaran provecho electoral las hordas de la comunicación de izquierdas para erosionar las posiciones del Partido Popular si no toma las contramedidas oportunas. Un absurdo vamos.
Esta astracanada de supuesto ataque a Sánchez no me extrañaría que acabara con un Sánchez ordenando a Tamames que baje de la tribuna del Congreso. Vamos como en aquella escena de la Escopeta Nacional en la que el cura (el gran Agustín González) ordena al hijo del marqués diciendo «¡Baja de ahí y besa los pies a esta Santa! ¡Que lo que yo he unido en la Tierra, no lo separa ni Dios en el Cielo!»
Vamos como Sánchez y su gobierno de arrejuntados.
Pues eso