Sumar ¿el qué?

Meses antes de morir, el gran califa de la izquierda ,Julio Anguita, acertó clamorosamente en su pronóstico político cuando, en una entrevista, le preguntaron por la posibilidad de un gobierno de coalición entre Unidas Podemos y PSOE, así como por la división de la izquierda.

La explicación de esto último es lo que tenía más claro: la izquierda jamás se unirá por “la desunión, el enfrentamiento, el narcisismo político y el cainísmo”, que él mismo había padecido. Pero sobre la coalición, no tenía dudas: Unidas Podemos nunca formaría gobierno con los socialistas.

Y es que el Califa lo tenía muy claro: Unidas Podemos tiene un problema común de la izquierda: divisiones, temor, desorganización. La izquierda está desorganizada. ¿Por qué? Porque tal vez se pensó que su fuerza residía en las ruedas de prensa, mensajes en los medios o en las redes… Su fuerza está en la organización territorial. Allí donde esté un militante está la izquierda. Hay que volver a organizarse en comités de barrio, de fábrica, de provincia… Que la gente debata, participe democráticamente en las decisiones y que después asuma la disciplina”.

Es quizás por esto por lo que el partido de Yolanda Díaz pasa por ser un fraude desde su propio nombre, SUMAR. La izquierda no ha sumado desde hace décadas. Lleva años intentando buscar un norte y aún sigue en el proceso, pero lo peor es que mientras está en eso nos está haciendo pasar por un calvario.

El partido, por excelencia de la izquierda en este país, el PSOE, nos colocó al mando del país a un incompetente que solo busca su propio beneficio y que por fruto de su debilidad quiso pactar con la extrema izquierda un gobierno que se ha demostrado imposible.

Ha tardado en darse cuenta o mejor dicho sabiendo lo imposible de la cosa, ha dejado que el país se hunda simplemente por su ambición personal y su deseo de mantenerse en el machito. No se puede ser más miserable.

Pero ahora, y visto lo visto, ha decidido cambiar de juego al final de la partida. Como los tahúres más avezados, ha decidido que el juego cambie y que quien juegue ahora sea la tal Yolanda Díaz, dejando a un lado los restos del proyecto de cadáver que hoy en día es Podemos.

Esta, Yolanda, avezada golpista de partidos (quiso sustituir a Beiras al mando del BNG en Galicia) ha aceptado el juego y ha presentado en sociedad eso que llama SUMAR, que no suma nada.

Podemos mientras suenan los violines de su Titanic, casi suplica a esta que se una a la kermesse de la extrema izquierda y la otra, la susodicha Yolanda, les ha insinuado una peineta con aquello de “no es el momento”.

SUMAR no se presenta a las elecciones municipales y por eso va a ver los toros desde la barrera y a observar cómo le va la feria a Podemos y a evaluar hasta donde le llega el más que esperado batacazo. Luego verá si suma o si resta o divide, pero no antes.

Mientras, el acuerdo que exige Podemos en torno a la celebración de primarias sigue sin llegar y cada vez más se evidencian las diferencias y la distancia física y emocional entre las partes. De hecho, los morados dieron un paso más con la publicación de un vídeo promocional de la Fiesta de la primavera bajo el lema #TúQueNoTeCallas. No confundir con aquel “¿Por qué no te callas?” del emérito, aunque parezca lo mismo?

Es decir que haciendo chanza de los dichos de la secretaria de estado de “igualdá”: De los creadores de Unidas Podemos (sacar violadores, pederastas y otra seria de alimañas a las calles) llega ahora a su pantalla amiga SUMAR de Yolanda Díaz, más conocida por Ambiciones Díaz.

La preocupación de las cabezas visibles de la extrema izquierda española solo es por quién copa el poder, sí o sí, lo demás se la trae al pairo. Hoy Irene Montero, a la ex muy mejor amiga de Yolanda Díaz, lo que le importa es quien manda y va a mandar.

Ya la famosa y absurda ley, que se montó de mala manera y a toda velocidad, le da igual. Hoy se ve lejos de la “dacha” de Galapagar y de vuelta a Vallecas y todo lo que le importa es ganar ese juego de tronos que tienen montado

Tienen razón aquellos que dicen que lo único bueno que tiene SUMAR es que resta. Y es que el gran Anguita, como el CID, después de muerto ha vuelto a ganar en sus predicciones. La izquierda no sabe unirse ni para ir a cenar.

Bueno, para ir a cenar si, o si no, que se lo digan al tito Berni y a los responsables del Ramsés.

En fin, la renuencia de la izquierda vuelve para hacer el papel de siempre: desunión. Por un lado, la ministra Yolanda Díaz y su proyecto sumatorio, de otro Podemos e Irene Montero (y Pablo Iglesias en la sombra) de cara a las elecciones generales. De otro, ahora, las desavenencias de IU y Podemos para confluir en una sola candidatura de cara a las municipales.

Y si ideológicamente son un reflejo, un partido de otro… ¿Por qué no concurren juntos? Pues por algo muy sencillo: celos, simplemente celos. La una, la que suma y la otra, la que iguala.

Para colmo de ironías, ahora resulta que el padre de Yolanda Díaz ha declarado su voluntad de votar a Podemos, de coña.

Esta izquierda es un cristo, ¡Uy perdón! Es un Marx.

Pues eso

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