El mate del loco

El mate del loco, también conocido como jaque mate en tres movimientos, es el jaque mate más rápido posible en el juego del ajedrez, es un mate con tres movimientos.

El mate del loco recibió este nombre porque solo puede ocurrir si las blancas juegan extraordinariamente mal, como un loco y las negras tan solo han de esperar la sucesión de tres estupideces del contrario. Incluso entre los principiantes, este mate es casi imposible y requiere de prácticamente un imbécil y es por eso por lo que casi nunca ocurre en la práctica.

En España solo conozco un jugador que esté demostrando que lo práctica con gran profesionalidad y maestría, Pedro Sánchez. Tengo la duda de si a lo que juega Sánchez es al ajedrez político, para el que ha dado sobradas cuentas de ser un incompetente, o si está jugando a algo de lo que solo él es el único practicante.

Lo cierto es que a loco no hay quien lo gane, pero a absurdo tampoco. El problema es que aún no ha hecho las tres jugadas estúpidas que requiere el mate del loco. Ha hecho muchas, pero con el tablero electoral en la mesa solo podemos decir que la de “la vivienda” es su primera jugada imbécil de la temporada.  

Sánchez ofrece viviendas como las vendedoras de bragas y sujetadores en los mercadillos, a voz en grito, a muy buen precio y de diversos tamaños y calidades.

Sánchez está en situación de emergencia electoral. Se sabe perdedor y todo lo que tiene para frenar a Feijóo es el insulto personal y su constante tratar de llevar al líder del PP a jugar en el barro.

Lo de las viviendas es su última ocurrencia, la primera jugada en su mate del loco. Hasta su intervención en el Senado ya sumaba 163.000 viviendas de birlibirloque, pero hete aquí que al monclovita le debieron de parecer pocas, y por ello Sánchez elevó su compromiso en la materia hasta las 183.000 viviendas.

Añadió 20.000 viviendas más sacándoselas de la chistera de la Operación Campamento, cosa que a Margarita Robles le debió parecer demasiado porque abandonó la Cámara a trote ligero, antes de quefinalizara la sesión, supongo yo que porque su sentido común político no podía con tanta promesa sin sentido.

Nada es verdad, y es que la promesa responde más a una operación electoral que a una iniciativa tangible que solo sabe Dios cuando disfrutarán los españoles. La razón es que la última de las medidas anunciadas en el marco de la tómbola inmobiliaria de 183.000 viviendas de alquiler público y social nunca podrá ser una realidad antes de 2025, puesto que es imposible, rehacer, finalizar, desokupar y construir esas viviendas en los nueve meses en que lo ha prometido. 

Pero la astracanada de Sánchez y su Plan de vivienda de 2023 es aún mayor si tenemos en cuenta de que no es nuevo, sino un refrito de anteriores. Y es que ya fue anunciado por el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, en febrero de 2021 afirmando entonces que su departamento continuaba avanzando en el Plan de viviendas para alquiler asequible y anunció que, gracias a los fondos europeos, se había incrementado hasta 100.000 viviendas con el objetivo de desarrollar un verdadero parque público.

Mientras la mentira crece, Moncloa vende a los cuatro vientos que su plan “multiplica por 115″ las viviendas que proyectó el PP entre 2011 y 2018, que cifran en 1.600. No obstante, y como ya ocurriera en anuncios anteriores, hay que llevar a descuento la fijación por la mentira, que tanto este gobierno como su presidente, tienen.

Las viviendas de Sánchez generan un optimismo ciego que solo tiene por objetivo generar la esperanza entre la buena gente de este país, tan necesitada de soluciones habitacionales y a la que se les vende un sueño impracticable con la sangre fría de quien solo quiere seguir sentado al calor de la Moncloa, para nada el bienestar de este país.

Sánchez es un mentiroso compulsivo, pero ningún mentiroso dura eternamente. Quizás sea por eso por lo que promete lo que sea en la seguridad de que su tiempo se acaba y que su futuro pasa por jugar sus cartas en el exterior con cosas como la presidencia de la UE en el turno de España o como la próxima visita a Biden.

No dude el lector que nos vamos a enterar de ambas cosas, ya se preocuparan los medios del Régimen de ponérnoslo hasta en la sopa, para que los incautos crean que tienen por presidente a una suerte de Adenauer y no a un aprendiz de Maduro.

Y entre loa y loa en los medios nos soltarán la brutalidad de anuncios de autobombo con los que Sánchez impide que las películas terminen a una hora prudencial. Pero si le parece al lector que lo que hay de publicidad pública es mucho, prepárese hay más de 47 millones de euros preparados para incrementar el ruido sanchista hasta generales.

Lo dicho, puede que si no anda espabilado querido lector la película de la noche termine a tiempo de que se dé una ducha y salga para el trabajo por deseo expreso del dispendio del consejo de ministros.

Pues eso