Sálvame

Según he leído Pedro Sánchez llamó, nada más saberse la noticia sobre la cancelación del programa de Tele 5, al tal Jorge Javier Sánchez a la sazón y por propia autodefinición “rojo y maricón” para ver si quedaban para conocerse ahora que les va a sobrar tiempo libre. Y es que Dios los cría y ellos se juntan.

Por primera vez, probablemente por última, creo que Sánchez hace algo bien al interesarse por fin por quien tanto le ha defendido. Y es que desde hace tiempo el presentador de Sálvame no ha dejado de declarar su pasión por Sánchez, quiero pensar que por el personaje y no por el hombre, pues de no ser así esa posible reunión va a ser digna de portadas, de esas portadas imposibles, pero de portadas, al fin y al cabo.

Ahora que Jorge Javier se queda sin curro a partir del 23 de junio, al líder de la telebasura, le va a sobrar tiempo para entrar en campaña a favor del socialista y quien sabe si este no le ofrecerá un “puestecito” en las listas de las generales, tal es el amor que se profesan.

Y es que recodemos que el tal Vázquez sorprendió en la anterior campaña por Madrid al asistir al acto de campaña electoral del candidato del PSOE, Ángel Gabilondo.

En un mensaje publicado en Twitter, Jorge Javier Vázquez manifestó entonces su apoyo al PSOE diciendo: “No existe equidistancia posible. O democracia o fascismo. Yo voto a Ángel Gabilondo”.

Hoy, a pesar del buen rollito entre ellos, parece que el Vázquez prefiere a Yolanda, puede que la vea más recorrido, o simplemente que es un veleta, algo muy de rojo y maricón, con perdón… Supongo

En cualquier caso y como siempre las consabidas fuentes socialistas explicaban tras el mitin del pobre Gabilondo que la implicación del presentador se producía después del agradecimiento que le trasladó Pedro Sánchez cuando Vázquez se enfrentó a Belén Esteban en ‘Sálvame Deluxe’, en horario de máxima audiencia en televisión, por criticar la gestión del Gobierno en la pandemia.

Pero no ha sido esta la única vez en que se ha desvelado el mamoneo entre ambos. Recordemos que Pedro Sánchez llamó en 2014 a Sálvame para salir al paso sobre su postura al respecto del Toro de la Vega.

Entonces habló en directo con el presentador, el ínclito Vázquez, quien había criticado al PSOE por apoyar en el Ayuntamiento de Tordesillas esta fiesta y había llegado a asegurar que no les votaría más.

Sánchez afirmó entonces que a él nunca se le verá “en una corrida de toros” y que se comprometía “a llevar al Parlamento una ley de protección de animales”.

“Si tú me dices que ese es tu compromiso, te devuelvo mi voto, qué le voy a hacer”, respondió Vázquez, quien instó al líder del PSOE a “pegar un zapatazo en el suelo” y no andarse “con paños calientes”.

La estupidez llega a tal punto que el presentador y los colaboradores de semejante bodrio de telebasura piensan que la anulación del formato por parte de Mediaset creen que se debe a una maniobra del PP.

La falta de autocrítica por la estupidez en que se ha convertido el programa llega a tal punto de hilaridad que los colaboradores del programa empiezan a sembrar las dudas sobre el motivo de la cancelación del espacio de casquería cotilla.

Vázquez esconde lo que quiere sembrar sin argumento bajo bromas en directo, como la protagonizada hace unos días. «A mí la derecha no se me da muy bien», dijo al colgar un cartel de ‘se traspasa’ a las puertas del plató.

Otros “lideres de opinión”, como Belén Esteban, son más contundentes. «Todo esto es una maniobra política para que la derecha gobierne y yo soy muy leal a mi empresa y una tía que va de frente. No pienso volver a votar a Ayuso, lo tengo claro», le dijo a su entorno.

El caso es que ni a Sálvame y sus muchachos los salva ya nadie y que con un poco de suerte a Sánchez y los suyos tampoco.

Unos y otros representan lo más bajo de este país. Por un lado, la política tomada como forma de mentira y engaño al ciudadano, por otro la aberración de usar la vida de otros en beneficio propio llegando incluso a la “autofagia cotillera” en la que, a falta de temas, los propios colaboradores se destrozan ante los ojos de los espectadores que ya han alcanzado su máximo nivel de hastío.

Los datos de audiencia no daban para mantener el formato “rojo y maricón” y los sondeos no dan tampoco para mantener en el gobierno a tanto incompetente y mentiroso.

El tiempo se ha acabado para unos y para otros y hoy a Sálvame ya no lo salva ni Dios y a Sánchez mucho menos…O eso espero.

Pues eso

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