El hombre que nunca estuvo allí

Abalos es de ese tipo de políticos que, como los magos de cartas, cree que cuanto mas y mejor le vea su público mas fácil le será engañarles. Un personaje que busca la atención del ciudadano para utilizarla en su contra. Pero, del nada por aquí y nada por allá, este maestro del engaño de repente se ha vuelto invisible y es que el: nunca estuvo allí.

El tema de Delcy Rodríguez ha dejado expuestas las costuras mal zurcidas de este gobierno de socialistas y populistas bolivarianos para el que la razón no existe, el sentido común un sentido desconocido y el Estado algo con lo que juguetear.

No es solo que Abalos haya coleccionado una interminable lista de idas y venidas con respecto de la visita por sorpresa de la venezolana, es que además ha dejado como un colador, a base de meteduras de pata, a sus compañeros en la mesa del consejo de ministros a los que el ínclito Sánchez obligó a intervenir para, en lo posible, contener la vía de agua gigantesca que se había abierto.

Mientras y como si de una versión política de Titánic se tratara, el que debía ser el ministro trasatlántico y plenipotenciario del socialismo en este gobierno hace aguas. Su silencio es revelador y su desaparición de los medios es sintomático: Lo han pasado a un segundo plano en lo que se calman las aguas o se desvela el misterio de cómo actuará el juez que anda tras las cintas de video de aquella noche en Barajas.

Abalos esta muy tocado, pero no se le puede hacer dimitir ni aceptar la dimisión si lo intenta, sería como reconocer algo, no se que, lo que sea y este nuevo gobierno de pandereta no se puede permitir un problema mas, máxime con la retahíla de meteduras de pata, traiciones al ciudadano y a sus propios principios así como la continua felonía y la sarta de declaraciones públicas que han ido desvelando la mentira de lo dicho en el pasado y en tan solo dos meses de gobierno.

Los socialistas saben de comunicación, y si no saben para eso tienen a Iván Redondo. Es por eso que la utilizan para moverse cuando llegan al gobierno. Como pasa con los tiburones, han de estar en continuo movimiento porque si parasen morirían. Por eso es difícil seguirles porque cuanto mas los observas menos los comprendes.

Abalos mintió, miente y mentira porque lo ocurrido aquella noche en Barajas no tiene explicación racional posible. Si la tuviera ya habría sido entregada a la ciudadanía sin paliativos y de un tirón y las denuncias volarían por los juzgados buscando satisfacción para el Ministro. Pero no es así.

Aquella noche alguien se creyó inmune e impune y se pasó a España por salva sea la parte creyendo que a “él” nadie le tosía y que hacia lo que le salía del atributo del macho. La chulería es mala consejera y paga precio y eso es lo que esta pasándole a Abalos.

Aquella noche el brillo de la llegada del ministro no cegó a quienes compartían la visita con el, sobre todo a quienes no tenían mas remedio que estar. Abalos creyó que callarían porque el es el superministro y además es un cargazo del PSOE, pero no fue así.

Resulta que por el entorno había un empleado de seguridad decente que ha declarado, en presencia de notario, lo que vio y derivado de ello un juez ha tomado cartas en el asunto y reclamado cintas de video, listado de policías presentes y demás bagatelas, lo dicho Abalos puede estar dando estertores políticos.

Sin embargo el ministro de Fomento es mas chulo que su pirulo y antes que nada quiere matar por si le toca morir. De hecho, y para empezar, la contrata (Ilunion) para la que trabaja el testigo que acudió a una notaría de Madrid a relatar minuto a minuto los hechos que presenció en el aeropuerto, le ha abierto un expediente sancionador y lo ha apartado del servicio cautelarmente. Resulta baladí aclarar que Barajas forma parte de AENA y que AENA forma parte de Fomento, otra bagatela, mera casualidad.

Abalos mientras castiga a los infieles premia a los legales y con ello continua haciendo méritos para que su dimisión se convierta en un alivio para el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Y es que ahora se ha conocido que enchufó como ayudante de secretaria en su ministerio a Patricia Úriz, esposa de Koldo García, su mano derecha desde hace años y al que había enchufado anteriormente en Renfe. Su merito principal: fue la persona que se hizo cargo en su nombre de coordinar el agasajo a Delcy Rodríguez en la visita de marras.

Pero si uno mira con perspectiva lo ocurrido descubre que tampoco hay nada extraordinario en la actuación de Abalos, el tan solo es un aprendiz frente al gran mentiroso.

Y es que la llegada al Gobierno de Sánchez y sus palmeros deja claro que a este país a una mayoría le gustan los trileros. No es ya solo que les voten, es que a pesar de que mientan en sus caras, de que no cumplan con lo que dicen, que traicionen sus/nuestros principios y que se busquen socios entre los enemigos de España, a pesar de eso confiesan en los sondeos que de producirse una nueva votación les votarían y con mas fuerza.

Si alguien ha creído alguna vez que la traición de este nuevo gobierno podría cesar en algún momento, lo ocurrido con Abalos deja claro que se equivoca. El affaire de Abalos y Delcy solo es el primer paso de una crónica sobrecogedora de la devastadora deslealtad hacia los españoles por parte de su gobierno, impasible ante la realidad social del país.

Pues eso

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