Resistirse a Broncano cuesta el cuello en RTVE

La objetividad y la imparcialidad debieran de ser siempre los pilares fundamentales en el periodismo, especialmente en los medios de comunicación públicos, que deben servir como fuente fiable de información para la sociedad.

En el caso de Radio Televisión Española (RTVE), como medio financiado con fondos públicos y con la responsabilidad de garantizar la pluralidad y la neutralidad informativa, la falta de objetividad se convierte en un hecho grosero, antidemocrático y un problema de enorme relevancia.

Lo ocurrido con el cese de su Directora General, Elena Sánchez, supuestamente puesta ahí por el gobierno y dimitida por no aceptar las órdenes del otro Sánchez, el tal Pedro, resulta paradigmático. Una vez más los caprichos del monclovita, pero al contrario de lo sucedido en otras ocasiones el esclavo se le rebeló y eso le costó el puesto.

La idea de contratar a David Broncano, ese nuevo Midas del chiste español, por parte de RTVE supondrá que por él se pagará 28 millones de euros y estaría blindado por dos años (el pedía cinco), es decir que al presentador progre, que pregunta a sus invitados por el dinero en el banco y las veces que hace el amor, será imposible despedirlo en 24 meses, lo haga bien o mal.

Y todo esto porque, ¿qué mejor manera hay de cumplir con el objetivo de RTVE de elevar el nivel intelectual de la televisión nacional que con un presentador cuyo conocimiento enciclopédico abarca desde la vida secreta de las hormigas hasta las teorías más profundas sobre los agujeros negros? Por supuesto, ¿quién necesita documentales educativos cuando puedes tener a Broncano improvisando chistes tonyos y tacos sobre la relatividad general y sobre la oposición política al inefable de Sánchez?

Imaginemos un programa de noticias serio interrumpido por los comentarios sarcásticos y las observaciones estúpidas e inesperadas de este nuevo bufón mediático. Sería como si un payaso entrara en una conferencia de física cuántica, ¡absolutamente ridículo!

Después de todo, ¿quién necesita información precisa y análisis objetivo cuando puedes tener a Broncano haciendo malabares con plátanos mientras entrevista a un eminente escritor o un político serio?

Pero, hay más. Contratar a Broncano en RTVE sería una declaración clara de que la televisión pública está lista para abrazar el caos creativo y hortera. Olvídense de los estándares de calidad, ¿quién quiere eso cuando puedes tener a Broncano lanzando patatas a la audiencia y haciendo entrevistas desnudo? ¡Ah, la frescura de la televisión moderna!

Por supuesto, algunos podrían objetar que la contratación de Broncano en RTVE sería un insulto al intelecto colectivo, una afrenta a la educación pública y un claro signo del apocalipsis cultural. Pero, ¿qué saben ellos? ¡Son solo unos aguafiestas! La verdad es que estamos en la era de la postverdad, donde la realidad es solo una sugerencia y el entretenimiento vacío y vacuo es el rey. ¿Quién necesita rigor periodístico cuando puedes tener a Broncano haciendo monólogos sobre gatos?

Además, piensen en los beneficios económicos. Contratar a Broncano seguro que aumentaría las audiencias de RTVE. ¿Quién no querría sintonizar para ver qué locura se le ocurrirá al presentador hoy? ¡Los números se dispararían! Pero de momento las arcas del ente se vacían.

Y Pedro Sánchez dormiría todas las noches con la tranquilidad de tener ya un valedor que le haga frente a Pablo Motos, que es para lo que de verdad va Broncano a RTVE. No para cumplir con el objetivo de afrontar el objetivo cultural de un canal público de calidad, Broncano va para que haga frente común con Sánchez y se enfrente, ahora de veras, con el presentador del Hormiguero.

Pero no nos olvidemos del impacto en la cultura popular. Broncano se convertiría en una leyenda viviente, un ícono de la chabacanería televisiva. Los niños ya no querrían ser bomberos o médicos, ¡querrían ser absurdos excéntricos como él! ¡Imaginen las posibilidades para la próxima generación de… artistas!

En fin, quienes desean la contratación de David Broncano en RTVE ocultan que sería un paso más hacia el futuro que la izquierda quiere para este país, donde el hortera progre reine supremo y la seriedad sea solo una sugerencia. Así que, ¡adelante, RTVE, hazlo! El mundo está esperando ansiosamente ese caos fatuo que solo Broncano puede ofrecer.

Lo malo es que RTVE, como medio público, tiene la obligación de ofrecer una televisión de calidad, una cobertura informativa equilibrada y libre de sesgos políticos o ideológicos.

Pero es cierto que uno de los principales problemas de RTVE radica en la manipulación de la información para favorecer la agenda política gubernamental y los intereses particulares del jeque de la Moncloa.

El nulo interés de RTVE por mantener la neutralidad informativa se evidencia en las diversas prácticas y decisiones de los últimos años que ponen en entredicho su compromiso con la imparcialidad.

La manipulación, el partidismo político y la falta de independencia son problemas estructurales de RTVE que requerirían una profunda reforma del medio para garantizar su función como servicio público o su cierre, pero…

Pues eso

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