Un país carece de estrategia cuando toma decisiones erráticas, contradictorias, que no contemplan los intereses de largo plazo, sino que responden a las demandas de la ocasión, a objetivos menores o a mezquinos intereses políticos.
¿Tiene el gobierno de España una estrategia para este país?. No, en estos últimos tiempos y, por lo visto hasta la fecha, parece que no tiene interés en tenerla, y así nos va.
Además del Covid19, en estos años se ha introducido en nuestro país, gracias a este gobierno sin rumbo, un “virus” que pone en duda nuestro futuro y somete y hunde nuestras expectativas: el virus del corto plazo y la especulación que rechaza de plano al largo plazo y la ilusión por prosperar.
Este gobierno ha logrado que se haga con el país el dominio de lo táctico, de la política centrada en los votos y ganancias de hoy, frente a la visión de estado que trabaja para el futuro sin desatender las urgencias.
Pero esta no es una cuestión exclusiva del gobierno, la oposición corre sin cabeza al ritmo que les marca Iván Redondo igual que lo hace el PSOE, Podemos y el propio Sánchez. Y es que hoy España está, aunque no me quieran creer, en manos de un listo y no del más inteligente.
Me crean o no, el origen del problema radica en la falta de sentido estratégico del gobierno y por ello la solución al enorme problema que hoy hunde a España no puede continuar en manos de personas sin la formación suficiente como para analizar con coherencia, planificar con visión y dar soluciones con eficacia.
Este gobierno acumula una suerte de advenedizos incapaces de mover un pie sin el temor a caer en cuanto muevan el otro. No solo está formado por torpes e incapaces sino por buscadores de fortuna a corto plazo, vividores del voto inconsciente que compra cualquier cosa que se oponga al sistema.
Hoy quien nos gobierna prefiere llevarnos al barranco y despeñarnos por él, antes que diseñar una “estrategia sólida de país” que busque nuestro progreso, el futuro de nuestros hijos y el bienestar general de los ciudadanos.
Para quien sea lego en la materia comentaré que las “estrategias de país” son documentos que recogen los parámetros claves que constituyen el objeto del trabajo de un gobierno basándose en su situación actual y sus desafíos de desarrollo futuro. Estas estrategias ayudan a orientar el enfoque de los proyectos necesarios y permiten realizar actuaciones coordinadas entre los diferentes agentes.
Dicho esto quizás sea útil saber que eso, a día de hoy, no existe en España. Ni está ni se le espera mientras este gobierno este al mando. Y es que esta suerte de gobierno que nos ha tocado está más preocupado en salvar líneas aéreas bolivarianas de un solo avión y en ruina mecánica mediante ayudas de 53 millones del SEPI que en fomentar las ayudas a fondo perdido del sector de la hostelería en España.
Le interesa mucho más atacar a la justicia, la policía y la monarquía que en proteger nuestra salud mientras los sindicatos de la sanidad, llamados progresistas, permanecen callados y solo protestan cuando la administración es de alguna CCAA del PP, sectarismo se llama eso.
Este Gobierno socio populista prefiere las componendas con Ciudadanos para atacar a los pactos firmados con el PP y desbancarles de aquellos sitios en los que se gobierna respetando la palabra dada, al desarrollo de colaboraciones con la CCAA para generar políticas estratégicas coordinadas que logren la prosperidad de las regiones y el aumento de la calidad de vida de sus ciudadanos.
En pocas palabras este gobierno prefiere el corto plazo, lo partidista, lo sectario y la improvisación que generar una estrategia sólida que siente las bases del progreso de España.
Siendo sinceros es verdad que un programa integral de estabilización para España es una condición necesaria, pero no suficiente dado que, si los agentes no perciben claramente una estrategia de desarrollo de país, cualquier logro será considerado una “casualidad temporal” de la que aprovecharse antes de que nos sobrevenga otra crisis.
En conclusión, este gobierno que debería sacrificarse para sacar al país de esta miseria y tristeza, prefiere mantenerse a cualquier precio en el poder, aunque el precio seamos nosotros.
Pero ojo nosotros los ciudadanos no estamos, ni mucho menos, exentos de culpa. Es cierto que el país camina sin rumbo, pero apenas hacemos ni decimos nada.
Así como en el tiempo de Franco se decía que cuando había problemas se programaba un partido de futbol para anestesiarnos, hoy es Rociito, la Pantoja y su niño, la isla de las tentaciones, el pelma de Jorge Javier…etc. los que sedan nuestra voluntad y palabra. Es como si Telecinco estuviera a las órdenes de este gobierno, pero no ¿verdad? ¿no puede ser?….. ¿O si?
Pues eso